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L E C T U R A

CAMINO FROILAN YAÑEZ CARDENAS DE LLIUCO – CHILOE.

 
    Lliuco es uno de los pintorescos poblados chilotes pertenecientes a la Comuna de Quemchi, Región de los Lagos. Adornan sus playas una larga extensión de más de 3 kilómetros, bañadas por el impresionante golfo de Ancud, donde en días de “calma chicha” se aprecian como imágenes indescriptibles, las islas del archipiélago de Calbuco, con sus diversas ínsulas desde las más ínfimas como “Lagartija” hasta las más voluminosas como Quenu, Tabón o Huapi-Abtao, además de observarse la majestuosidad de los volcanes del continente (Osorno, Calbuco, Puntiagudo).
    La capilla de Lliuco se ubica cerca de la playa y está muy cercana al cementerio antiguo del lugar. Avanzando hacia los altos del cerro del lado norte donde se divisa toda la villa y el amplio golfo, y después de subir por una ancha escalera de cemento, se encuentra emplazada una gruta, con la imagen de la Virgen de Lourdes que se venera cada 11 de febrero, donde la comunidad concurre masivamente a rendir culto con una misa, cánticos religiosos, rezadoras, patrones y fiscales, dando vida a la llamada “fiesta lliucana”, adornándose el entorno con guirnalda bajo el acompañamiento de hermosos pasacalles, que peregrinos avanzan en procesión por un periplo que abarca toda
la explanada que antecede al templo.
    En este villorrio insular, en el mar interior de Chiloé, nació un 6 de enero de 1901, un querido y recordado vecino, don Froilán Yáñez Cárdenas, Juez de Distrito y Primer Alcalde de Mar del lugar, el cual desde muy joven por su conducta de vida y seriedad, las autoridades de la época se interesaron en nombrarlo en cargos públicos de mucha responsabilidad, dado su arraigo y vocación de servicio.
    Su labor de impartir justicia distrital en el ámbito de menor cuantía en aquellos lejanos años, se ejemplificaban con el esfuerzo de aquellos territorios aislados, azotados por climas invernales fríos y lluviosos, que no eran impedimentos para velar por los derechos de sus vecinos. Posteriormente su labor de primer servidor del control marítimo, constituyó otro proceso importante en su vida, para atender y vigilar todo el movimiento naviero de grandes goletas y lanchas veleras que circundaban los mares chilotes del golfo de Ancud y sobretodo la ruta calbucana y puertomontina para proteger así especialmente, la vida de los lancheros que vestían con pantalones de huiñiporra; haciéndolo con un sentido de amor a su terruño, que actualmente es digno de respeto y admiración, siendo recordado por mucha gente del sector.
    Froilán Yáñez Cárdenas estuvo casado con Rosalía Barrientos Vivar del cuál nacieron tres hijos, falleciendo el 24 de noviembre
de 1984 y sus restos descansan en el antiguo cementerio de su pueblo natal, frente al amplio mar del golfo de Ancud.
    Actualmente, la localidad de Lliuco al norte de Quemchi, tiene una mayor población y ha aumentado el número de edificaciones. Asimismo, se encuentra su ruta en plenas faenas asfálticas y el viajero puede observar en el centro del poblado, un lugar que conmemora su nombre, denominado Camino Froilán Yáñez Cárdenas, que orienta al turista y visitante, a dirigirse a las hermosas playas de Lliuco y para los lugareños, la huella a las faenas de la mariscadas de navajuelas en las más bajas mareas.
    Así, este camino trasforma a su figura, en un mudo testigo de recuerdo por su espíritu público, pasando además por el punto donde estuvo situado su morada y donde algún día existió el juzgado de Distrito y la Alcaldía de Mar de Lliuco, elementos patrimoniales importantes del sector, ya rubricado en mi libro Historias y Tradiciones del Archipiélago de Calbuco, que por el Covid 19 no hemos podido presentar. En consecuencia, esperamos que en un tiempo no muy lejano cuando el villorrio vaya teniendo mayor urbanización, se transforme en la calle Froilán Yáñez Cárdenas.
    En esto estriba la importancia de la microhistoria, donde los pequeños pueblos y villorrios de gentes sencillas y humildes recobran vida e importancia y se transforman en elementos esenciales de traspaso y de integración en las generaciones del mañana y que le dan identidad a los pueblos.
 
ESTEBAN BARRUEL
ESCRITOR- INVESTIGADOR
CALBUCO
Isla de Caicaén, Calbuco, Julio de 2020.-
CAMINO FROILAN YAÑEZ CARDENAS DE
 
LLIUCO – CHILOE.
 
Lliuco es uno de los pintorescos poblados chilotes pertenecientes
a la Comuna de Quemchi, Región de los Lagos. Adornan sus
playas una larga extensión de más de 3 kilómetros, bañadas por
el impresionante golfo de Ancud, donde en días de “calma
chicha” se aprecian como imágenes indescriptibles, las islas del
archipiélago de Calbuco, con sus diversas ínsulas desde las más
ínfimas como “Lagartija” hasta las más voluminosas como
Quenu, Tabón o Huapi-Abtao, además de observarse la
majestuosidad de los volcanes del continente (Osorno, Calbuco,
Puntiagudo).
La capilla de Lliuco se ubica cerca de la playa y está muy
cercana al cementerio antiguo del lugar. Avanzando hacia los
altos del cerro del lado norte donde se divisa toda la villa y el
amplio golfo, y después de subir por una ancha escalera de
cemento, se encuentra emplazada una gruta, con la imagen de la
Virgen de Lourdes que se venera cada 11 de febrero, donde la
comunidad concurre masivamente a rendir culto con una misa,
canticos religiosos, rezadoras, patrones y fiscales, dando vida a
la llamada “fiesta lliucana”, adornándose el entorno con
guirnalda bajo el acompañamiento de hermosos pasacalles, que
peregrinos avanzan en procesión por un periplo que abarca toda
la explanada que antecede al templo.
 
En este villorrio insular, en el mar interior de Chiloé, nació un 6
de enero de 1901, un querido y recordado vecino, don Froilán
Yáñez Cárdenas, Juez de Distrito y Primer Alcalde de Mar del
lugar, el cual desde muy joven por su conducta de vida y
seriedad, las autoridades de la época se interesaron en
nombrarlo en cargos públicos de mucha responsabilidad, dado
su arraigo y vocación de servicio.
Su labor de impartir justicia distrital en el ámbito de menor
cuantía en aquellos lejanos años, se ejemplificaban con el
esfuerzo de aquellos territorios aislados, azotados por climas
invernales fríos y lluviosos, que no eran impedimentos para
velar por los derechos de sus vecinos. Posteriormente su labor de
primer servidor del control marítimo, constituyó otro proceso
importante en su vida, para atender y vigilar todo el movimiento
naviero de grandes goletas y lanchas veleras que circundaban
los mares chilotes del golfo de Ancud y sobretodo la ruta
calbucana y puertomontina para proteger así especialmente, la
vida de los lancheros que vestían con pantalones de huiñiporra;
haciéndolo con un sentido de amor a su terruño, que
actualmente es digno de respeto y admiración, siendo recordado
por mucha gente del sector.
Froilán Yáñez Cárdenas estuvo casado con Rosalía Barrientos
Vivar del cuál nacieron tres hijos, falleciendo el 24 de noviembre
de 1984 y sus restos descansan en el antiguo cementerio de su
pueblo natal, frente al amplio mar del golfo de Ancud.
Actualmente, la localidad de Lliuco al norte de Quemchi, tiene
una mayor población y ha aumentado el número de
edificaciones. Asimismo, se encuentra su ruta en plenas faenas
asfálticas y el viajero puede observar en el centro del poblado,
 
un lugar que conmemora su nombre, denominado Camino
Froilán Yáñez Cárdenas, que orienta al turista y visitante, a
dirigirse a las hermosas playas de Lliuco y para los lugareños, la
huella a las faenas de la mariscadas de navajuelas en las más
bajas mareas.
Así, este camino trasforma a su figura, en un mudo testigo de
recuerdo por su espíritu público, pasando además por el punto
donde estuvo situado su morada y donde algún día existió el
juzgado de Distrito y la Alcaldía de Mar de Lliuco, elementos
patrimoniales importantes del sector, ya rubricado en mi libro
Historias y Tradiciones del Archipiélago de Calbuco, que por el
Covid 19 no hemos podido presentar. En consecuencia,
esperamos que en un tiempo no muy lejano cuando el villorrio
vaya teniendo mayor urbanización, se transforme en la calle
Froilán Yáñez Cárdenas.
En esto estriba está la importancia de la microhistoria, donde los
pequeños pueblos y villorrios de gentes sencillas y humildes
recobran vida e importancia y se transforman en elementos
esenciales de traspaso y de integración en las generaciones del
mañana y que le dan identidad a los pueblos.
 
ESTEBAN BARRUEL
ESCRITOR- INVESTIGADOR
CALBUCO

Isla de Caicaén, Calbuco, Julio de 2020.-